Entrenando

El entrenamiento

Cabe mencionar que a Ivonne, nunca le gustó hacer cualquier ejercicio. Porque al realizarlo, terminaba muy, pero muy adolorida y cansada. Cosa que no era normal. Fuimos a ver una Endocrinóloga y de inmediato le dijo: “es falta de Vitamina D”. Se la recetó y Santo remedio. Empezó a tener energía. Comenzó a entrenar en la caminadora de la casa. 1 Km al principio era un triunfo. Luego pudo hacer 3. Después salíamos a caminar 5 Km, que son aproximadamente del Copan de Bellavista hasta Gustavo Baz por el camellón que estaban arreglando muy bonito. Desayunábamos y nos regresábamos en Uber.

Poco a poco fuimos incrementando la distancia, 8 Km hasta el Vips de Echegaray. 10 Km por Reforma, 12 y un día fuimos a desayunar quesadillas a la Marquesa y al terminar, Ivonne dijo: “Vamos caminando por el bosque al Convento” Era poco, como 4 Km. Visitamos el lugar y saliendo, tomamos ya la carretera a la izquierda. Estaba nublado, medio chispeaba. Pasado algún tiemo dice: “No deberíamos estar de bajada”. Si, aquí adelantito de ve la bajada. Pues nada. Sin señal de celular parra saber dónde estábamos. Pues llegó el momento que empezamos a bajar y con un poco de señal, nos dimos cuenta de que caminamos en sentido hacia San Angel, al revés de como debimos tomar.

Pues comenzamos el regreso, ya sin agua, sin comida y sin efectivo. Veíamos a la gente comer su carne asada y !Ah, cómo se nos antojaba!! Pues total, que al regresar al auto, vimos que habíamos hecho 16.5. Sin querer, estabamos muy cerca de la meta diaria de hacer 20 Km.

A la siguiente semana, dijimos: “Vamos por 20 Km”. De la glorieta de la Fuente de Petróleos, en Periferico, hasta la Plaza de La Computación y de regreso al mismo lugar. Logramos hacer 20.4 Km. Estabamos felices!!!!

Otro fin de semana, pensé: “Voy a probar cargar la mochila exactamente con las cosas que voy a llevar en la mía. La acomodé, fueron 8 Kg. Lo que recomendaban, poco menos del 10% de mi peso. Y ahí te voy. Caminé desde el Copán hasta el Vips Echegaray, ahí desayuné y de ahí hasta el Parque Toreo. 13.5 km, con el calor y la mochila en la espalda. Ahí me di cuenta de 2 cosas, que caminar con peso es otro boleto y llegué con dolor en las plantas de los pies: tendinitis. Misma que se fue agravando, al grado de que con más entrenamientos, un día ya no soportaba el dolor.

Me fui a terapia, con mis amigos de Medicina Deporte,  con terapia de ondas de choque, bastante dolorosas, me han estado poniendo lo mejor posible, para poder intentar hacer El Camino.